miércoles, 31 de agosto de 2011

ACTIVIDAD 9: Conociendo a Stalin

Historia Universal Contemporánea

Instrucciones: Lee el siguiente texto, ahora imagina que eres un reportero y tienes que realizar una entrevista a Stalin, en una hoja, redacta 5 preguntas que le harías a este personaje,y respóndelas, luego en otra hoja, elabora un mapa conceptual sobre la lectura.




La vida de Stalin


Infancia y juventud de Stalin

Hijo de un humilde zapatero alcohólico, Iosif Stalin vino al mundo el 27 de mayo de 1872 en Gori, Georgia. Creció en un hogar estable hasta el posterior cambio de su padre quien a causa de su alcoholismo perdió su único negocio llevando a su familia a la quiebra. Gracias a algunos amigos, el joven mostró cierta pasión por la lectura y marchó a una escuela parroquial. Era buen estudiante así que se graduó con destacadas notas a los 14 años, lo que le valió una beca para el seminario de Tiflis perteneciente a la Iglesia Ortodoxa en 1894.

Stalin no quiso ir, pero asistió resignado porque podría obtener una educación respetable. Además, recibiría un pequeño salario que le ayudaría en su manutención. Sin embargo, su verdadero interés fueron siempre los círculos revolucionarios los que frecuentaba a la par del seminario.

Obviamente, esto, sumado al apoyo que daba a la propaganda le valió para ser expulsado del seminario. No sería sino hasta 1900 cuando toma contacto con personalidades más entendidas en el tema. Luego de años a la deriva, fueron los iskritas quienes ayudaron a Stalin y sus compañeros de Georgia a montar una imprenta clandestina, a cambio de que se marchen a Bakú. Así se inició en el ámbito revolucionario. Con el tiempo, el georgiano pasaría a la clandestinidad sufriendo numerosos arrestos y un destierro a Siberia.

Cuando la división entre mencheviques y bolcheviques se generó, Stalin se afilió a las filas de estos últimos. Gracias a sus contactos y su apoyo incondicional al partido pudo viajar a Londres y a varios lugares de su patria. Este apoyo se vio reflejado cuando llegó la Revolución de 1905 en el que Stalin reflejaría sus inquietudes y su pasión política.

Dos años después se casa por primera vez con una mujer que moriría en 1907 y con quien tendría a su primer hijo, Yakov, quien muere años más tarde de modo trágico en un campo de concentración nazi pues Stalin se negaría a rescatarlo. Su apoyo posterior, a pesar de la persecución que el gobierno podía ejercer a la propaganda del partido le sirvieron para ser nombrado como editor de Pravda, el diario oficial del partido bolchevique.

Era ya 1917 y los sucesos de febrero de aquel año llegaron y todo cambió. La vida de Stalin no podía ser la excepción. Lo raro es que el georgiano asumió una posición que, de momento al menos, pareció beneficiar al gobierno de Kerensky. Su participación en octubre también fue modesta, aunque ya estaba logrando introducirse en las altas esferas del partido. A menudo peleaba con el que sería su gran rival por la sucesión: Trotsky.


El régimen Stalinista

En 1924, la Revolución Rusa sufrió una gran pérdida: la muerte de su líder, Vladimir IIich Lenin. Pronto, en la URSS, se desató una complicada lucha entre los que aspiraban a sucederlo en el poder. José Stalin, secretario general del Partido Comunista, logró imponerse. Desde entonces, se adueñó de todo el poder y lo ejerció en forma absoluta hasta su muerte, ocurrida en 1953.

La URSS no sufrió las consecuencias de la crisis mundial de 1929, ya que por razones políticas se encontraba prácticamente aislada del comercio internacional. Aún así, debía superar profundas dificultades económicas, originadas por la guerra y por el atraso económico del ex Imperio Ruso.

A fines de la década del 20, Stalin adoptó enérgicas medidas económicas para permitir la rápida expansión de la industria pesada. Necesitaba producir gran cantidad de acero, maquinarias, ferrocarriles y armas para construir un sistema efectivo de defensa contra la agresión de las potencias capitalistas occidentales.

Pero los recursos necesarios para el desarrollo de la industria, sólo podrían lograrse con un aumento de las exportaciones agrícolas. Para ello había que terminar con las pequeñas explotaciones campesinas, organizar el trabajo en gran escala y mecanizar las tareas agrícolas. Stalin puso en marcha esa reorganización de la producción. Estableció la colectivización forzosa:

Los campesinos fueron obligados a unir su trabajo y sus parcelas formando grandes cooperativas colectivas. En 1936, fueron colectivizadas el 96% de las explotaciones campesinas y en 1940, la producción de granos superó en un 80% la registrada en 1913. Fue la mayor revolución agraria de la historia de la humanidad.

La transformación en el campo favoreció el desarrollo de la industria pesada. Grandes cantidades de capital y mano de obra fueron destinadas a la electrificación masiva, a la explotación de nuevas minas de carbón, mineral de hierro y yacimientos de petróleo, a la instalación de ferrocarriles y, especialmente, a la fabricación de armamentos. No obstante, se sacrificó la producción de bienes de consumo.

El Estado soviético controló tanto la actividad agrícola como la industrial. Nada fue dejado al azar o al “libre juego de la oferta y la demanda”. da la economía se planificó. Para ello, elaboró planes quinquenales fijándose se exigentes metas a cumplir.
En poco tiempo, esta transformación tuvo como resultado un éxito e nómico notable y la formación de un poderoso ejército. Pero sus costos, sufrimiento y vidas humanas, fueron enormes. Para cumplir con las metas establecidas en los planes quinquenales, el Estado empleó métodos violen que generaron grandes resistencias en distintos sectores. A menudo. los campesinos preferían matar animales y quemar cosechas antes que permitir colectivización forzosa. El Estado respondía arrestando y deportando a ¡rebeldes a campos de trabajo forzado o bien optaba por fusilarlos.

En las ciudades, los obreros fueron sometidos a exigentes regímenes de trabajo. Además, la mayor parte de la población vivía en viviendas primo vas, en condiciones miserables. Dado que todo el esfuerzo se dedicaba al desarrollo de la industria pesada, se sufría una crónica escasez de bienes consumo de primera necesidad, como ropa, frazadas y utensilios doméstico Hacia mediados de los años 30, la situación de los trabajadores soviéticos empezó a mejorar. Desde entonces, comenzaron a gozar de nuevos servicio como los de educación, salud y vacaciones pagas.

En la Unión Soviética, no sólo la economía era rigurosamente planificación da desde el Estado, también estaban controladas las actividades políticas, sociales y culturales.

Stalin disponía de todo el poder y lo ejercía en forma absoluta. Ello generando un fuerte rechazo aun dentro del partido. Stalin respondió organizando purgas de opositores. Millones de funcionarios, miembros del partido y personas comunes fueron arrestados, torturados y obligados a confesar toda clase de crímenes de los que en su mayoría eran inocentes. Se organizaban juicios simulados en los que invariablemente eran encontrados culpables y sentenciados a muerte o recluidos en campos de trabajo. Algunos historiadores calculan que hasta 1938 el número de víctimas del stalinismo ascendía a ocho millones. Entre ellas se encontraban los “viejos bolcheviques”, dirigentes de la revolución de octubre de 1917, y muchos de los mejores intelectuales y hombres de la cultura. Se trataba de pérdidas muy graves para un país en el que la clase educada era aún reducida.


Entre los numerosos crímenes cometidos por Stalin se cuenta el de la hambruna forzosa de Ucrania durante los años 1932-1933. Como es común en los países en los que reina el socialismo, las hambrunas intencionadas se han usado como arma política utilizada para alcanzar los deseados objetivos contra varias clases.

Las víctimas señaladas en esta ocasión fueron los kulaks, los agricultores campesinos que tenían propiedad y contrataban a trabajadores. Cuando Stalin alcanzó el poder en 1924, vio el nacionalismo ucraniano como una amenaza al poder soviético, creyendo que cualquier insurrección futura podría provenir probablemente de los kulaks.

Así que decidió aplastarles utilizando los métodos que tan exitosos habían sido en la URSS durante la política de “liquidación como clase”. En 1929, arrestó a miles de intelectuales ucranianos bajo falsos cargos y o bien los fusiló o bien los envió a campos de trabajo en Siberia. Llevó a cabo la colectivización de las explotaciones ucranianas requisando todas las tierras y el ganado privados, lo que afectó aproximadamente al 80% de la población de Ucrania.

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