miércoles, 31 de agosto de 2011

ACTIVIDAD 7: Conociendo a Rusia

Historia UniversalComntemporánea 2011



Instrucciones: Elabora un reporte de lectura sobre la siguiente lectura:


Antecedentes Revolución Rusa

Un país atrasado
A principio de siglo, Rusia era un país atrasado económica, social y políticamente. Sin embargo, desde el punto de vista internacional, ejercía el papel de gran potencia militar. Lo era sólo en apariencia, pues su ejército había ido quedado anticuado a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX. Esta situación se apreciaba en tres planos:

Económicamente
A comienzos del siglo XX, Rusia era un país preindustrial, anclado en el pasado, con un predominio absoluto del sector agrícola. La estructura de la propiedad descansaba sobre grandes latifundios en manos de la aristocracia, la Corona, la Iglesia y unos pocos agricultores acomodados. La tierra era trabajada por campesinos analfabetos. En vísperas de la 1ª Guerra Mundial sólo el 14,5 % de la población vivía en ciudades.

Paradójicamente, el sector agrario era incapaz de proveer de suficientes recursos a la población, dado su carácter primitivo y tradicional, ajeno en gran medida a las transformaciones de la "revolución agrícola" que habían alterado los cimientos económicos de otros países.

En 1905, el gobierno acometió una reforma agraria dirigida por el ministro Stolypin con la idea de modernizar las anticuadas estructuras, pero su fracaso prolongó el atraso económico y social ruso.
La industrialización, iniciada tardíamente y circunscrita a las grandes urbes, dependió siempre del capital extranjero y de la iniciativa del Estado. La acción privada fue escasa, en parte debido a la debilidad de la burguesía rusa.

La subordinación económica al capital foráneo obligaba al pago de importantes intereses que eran financiados mediante gravosos impuestos, soportados por la parte más frágil de la sociedad rusa, el campesinado.

Socialmente
Rusia conformaba un vasto imperio con más de 22 millones de kilómetros cuadrados, con múltiples etnias y diferentes lenguas y religiones. A mediados del siglo XIX su población sobrepasaba los 120 millones de habitantes, de los que unos 100 millones eran campesinos.

El campesinado constituía el estrato social mayoritario. Éste se organizaba en unidades aldeanas denominadas "Mir", que el Estado favorecía y alentaba; su condición había permanecido semiservil hasta 1861 y sus condiciones de vida eran muy penosas.

*Semiservil: Relaciones que se establecen entre los grandes terratenientes, propietarios de inmensas haciendas y los campesinos, que, habiendo sido despojados de sus tierras, se ven obligados por una necesidad económica de supervivencia, a arrendar tierras a los grandes propietarios y compartir el fruto de su trabajo con el dueño de la tierra, o a trabajar las tierras del terrateniente con sus propios instrumentos de trabajo con tal de que se le proporcione una pequeña parcela de cuyos frutos pueda vivir él y su familia.

La aristocracia, muy conservadora, ostentó hasta 1861 privilegios señoriales de carácter feudal, en tanto que en el resto de Europa se habían ido aboliendo a lo largo de la primera mitad del siglo.

Era propietaria de enormes haciendas agrícolas y percibía abundantes rentas que le permitían desarrollar un elevado tren de vida, hecho que contrastaba con la miseria en que estaban sumidos los campesinos.
La burguesía, numéricamente exigua, representaba un escaso peso social y político, pues Rusia había quedado al margen de las revoluciones burguesas de la primera mitad del siglo XIX.
El proletariado industrial era igualmente reducido, si bien poseía una elevada conciencia de clase y una alta politización, debido a la implantación de ideologías revolucionarias procedentes de Europa (anarquismo y marxismo).

Las clases medias, consolidadas y en ascenso en los países industrializados, eran aquí casi inexistentes y sirvieron en gran medida de cantera a la burocracia del régimen zarista.

La integraban profesionales liberales o comerciantes asentados en las ciudades. En las zonas rurales estaban representadas por un reducido número de campesinos acomodados, no sujetos a la servidumbre y propietarios de cuantiosas tierras.

No obstante, fue de las clases medias de donde surgió en gran medida una minoritaria clase intelectual ("intelligentsia") que constituyó el semillero de líderes opuestos al zarismo.

Políticamente

Se mantenía incólume (sin daño) un Estado totalitario propio del Antiguo Régimen.

El poder era detentado por una monarquía absoluta y teocrática presidida por el Zar (Emperador) que pertenecía a la dinastía de los Romanov, apoyado en cuatro pilares: la nobleza, el clero, el ejército y la burocracia, arropados por una omnipresente policía política.

Aunque existía un Parlamento (la “Duma”), sus poderes estaban a merced del zar, que disfrutaba de la potestad de convocarlo o disolverlo. Era una forma de gobierno "autocrática", pues el zar concentraba en sus manos el poder supremo del Estado y lo ejercía sin límites. Además era el máximo representante de la Iglesia ortodoxa.

Las libertades políticas eran inexistentes y los disidentes u opositores eran perseguidos por la policía que extendía sus tentáculos por todos los rincones del Imperio. Las deportaciones a Siberia y las ejecuciones como método represivo de la oposición eran frecuentes.

Cambios entre 1861 y 1914

Entre 1861, fecha de la abolición de la servidumbre y 1914, año en que Rusia entra en la Primera Guerra Mundial, hubo intentos de modernizar el país. Sin embargo, fueron incompletos y a la postre fracasaron, acentuado la crisis del sistema.

Destacan los siguientes:

La abolición de la servidumbre: Se produjo, tardíamente, en 1861, tras un decreto (ukase) de emancipación.

La reorganización de la Justicia: Se alentó el nombramiento de jueces inamovibles y jurados independientes.

La reorganización del Ejército: Se eliminó el derecho de exención del servicio militar a la nobleza y se abrió la carrera militar a todo hombre capaz.

La apertura de las universidades: Inició el acceso de capas sociales cada vez más amplias a la formación superior, especialmente las clases medias urbanas. La autocracia zarista necesitaba cuadros con alta cualificación. Del seno de estas clases surgieron intelectuales críticos con el régimen, que rompieron el papel que tradicionalmente les había asignado el régimen: el de funcionarios del aparato del Estado.


La industrialización del país

Comenzó tímidamente en los años 40 del siglo XIX, cuando se pusieron en marcha factorías de hilado, que aunque con carácter muy restringido, constituyeron el germen de la economía capitalista moderna.
La industrialización se concentró en gran medida en torno a la construcción de ferrocarriles y fue muy rápida durante la década de los 80 del siglo XIX; durante la siguiente década sufrió una desaleración para resurgir a partir de 1909.

La financiación de construcción ferroviaria fue monopolizada por el capital extranjero, especialmente de origen francés y alemán. Los bienes de equipo (maquinaria, vagones, locomotoras) y la técnica también procedían del exterior.

Surgieron de este modo zonas industriales, en su mayoría dedicadas a la siderurgia, en San Petersburgo, Moscú, zona de los Urales y Ucrania Occidental. En Siberia Oriental adquirieron relevancia las minas de carbón, indispensables para el funcionamiento del ferrocarril.

En el Caspio, se descubrieron importantes yacimientos petrolíferos en la región de Baku que fueron explotados por capital extranjero. A pesar de todo, las zonas industrializadas activas eran insignificantes en relación a la enorme extensión del imperio.

El fenómeno iba ligado al escaso poder adquisitivo de la población rusa, en su mayoría campesina y sin recursos, lo que dificultaba la consolidación de un mercado nacional interno. Antes de la Primera Guerra Mundial la población activa del sector secundario continuaba siendo insignificante (un 5% del total). La Banca estaba igualmente vinculada a empresas extrajeras: un 40% del capital de los bancos privados rusos era foráneo.

En vísperas de la Primera Guerra Mundial Rusia atravesaba una fase de expansión industrial, pero continuaba rezagada con respecto a las potencias europeas, Japón y Estados Unidos. El peso específico del agro continuaba siendo aplastante a pesar de que se estaba forjando un empresariado moderno y lentamente crecían las clases medias. Esta tendencia quedaría trastocada con el estallido de la Gran Guerra.

Oposición política al zarismo
A lo largo del siglo XIX, fue surgiendo en Rusia una oposición cuya origen hay que buscarlo en los sectores más ilustrados de la sociedad. Este colectivo ha recibido el nombre de "Intelligentsia". De ella surgieron numerosos líderes de distintas formaciones políticas

Al margen del objetivo común que esos grupos compartían, la destrucción del zarismo, sus diferencias fueron a menudo irreconciliables.




El nihilismo
Integrado por inconformistas, muchos de ellos miembros de las clases altas, que se oponían a la política reformista del régimen.
Promovían su destrucción mediante una revolución campesina y la socialización de la tierra. Pertenecieron a esta corriente los anarquistas Mijail Bakunin y el príncipe Kropotkin.

La educación del pueblo y la violencia terrorista constituyeron los medios para conseguir sus objetivos. En 1881 fue asesinado en un atentado el zar Alejandro II.

El Partido Socialista Revolucionario (Social Revolucionario o "eserita")
Fundado por Chernov en 1901, su principal líder fue Kerensky (más tarde, jefe del Gobierno Provisional).
Propugnaba una sociedad colectivista de base rural y sus principales apoyos le vinieron del campesinado, aunque también contaba con simpatizantes entre los obreros industriales.

Partido Obrero Socialdemócrata Ruso
Fundado en 1898. Su ideología era marxista. A partir de 1903 (en su II Congreso) se escindió en dos corrientes:

La menchevique (minoritaria): partidaria de la revolución de obreros y campesinos. Consideraba necesario un período de transición que transformara a Rusia en un país industrializado, con un régimen democrático-burgués como paso necesario y previo a la construcción de la sociedad socialista-proletaria.

Sus miembros promovieron la colaboración con los partidos burgueses para derrocar al zarismo. Entre sus líderes destacaron Plejánov y Martov.

La bolchevique (mayoritaria): más radical que la anterior. Su dirigente, Lenin, era partidario de la toma del poder, luchando simultáneamente contra el zarismo y contra la burguesía liberal.

Frente al marxismo ortodoxo de los mencheviques, sostenía que aunque Rusia no había pasado por una revolución burguesa, era posible bajo el liderazgo de una minoría concienciada y decidida alzarse con el poder por medio de un golpe de mano. Por tanto, no era necesaria una fase previa burguesa.
Lenin

A la postre se constituirá en la formación triunfante de la revolución de octubre de 1917 y, una vez consolidada en el poder, forzó la desaparición del resto de los grupos.

Fuente: http://www.claseshistoria.com/revolucionrusa/rusiazarista.htm

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