lunes, 14 de noviembre de 2011

TERCER PERIODO PARCIAL DE EVALUACIÓN: ACTIVIDAD 5

ACTIVIDAD 5

Instrucciones: Elabora un ensayo crítico (en donde plasmes tu opinión) de dos cuartillas sobre el siguiente texto:


LOS SISTEMAS ESCOLARES EN LOS PAÍSES DEL TERCER MUNDO

En los países del Tercer Mundo es cada vez más notable la desproporción entre el presupuesto asignado a la educación y el porcentaje de niños y jóvenes que asisten a la escuela. Dicha desproporción y, lo que es más importante, la orientación que hasta ahora ha seguido la formación escolar, hacen ver la necesidad urgente de introducir cambios en los sistemas educativos, cambios orientados a buscar sistemas más congruentes con las necesidades socioeconómicas de cada país. El estado actual de los sistemas escolares de algunos de los países del Tercer Mundo, son analizados por Jean-Pierre Clerc en dos artículos publicados en al diario francés "Le Monde" (26 julio-1º de agosto y 2-8 de agosto de 1973).


Respecto a la relación entre el presupuesto asignado a la educación y la población escolar, Clerc cita datos obtenidos en un coloquio reciente sobre "Cooperación y sistemas de educación en el Tercer Mundo Crisis y perspectivas", organizado por la Sociedad Internacional para el Desarrollo. Dichos datos ponen de manifiesto una situación crítica. Por ejemplo, en Alto-Volta, un tercio de los recursos públicos es destinado a la educación, y, sin embargo, sólo 1 de cada 10 niños asiste a la escuela; en Mali, según una estimación de las actuales curvas, en 1981 se destinará cerca de la mitad del presupuesto a la educación, pero permitirá dar escuela a 1 de cada 4 niños. Los ejemplos expuestos, se pueden aplicar a la mayoría de los países subdesarrollados, ya que destinan de un cuarto a un tercio de su presupuesto a la educación, y esto permite dar escuela a un porcentaje que va de 10 a 40 del total de la población infantil.


Otro elemento problemático de la educación en los países del Tercer Mundo es el de la desocupación, o muchas veces la falta de empleo idóneo, de los egresados de niveles educativos medios y superiores. Clerc plantea una pregunta cuya respuesta explica en parte el problema anterior: ¿pueden los jóvenes recién egresados de algún estudio medio superior regresar a su región de origen, para trabajar allí y ser útiles a su comunidad? La respuesta es que en la mayoría de los casos, los conocimientos adquiridos por el joven resultan muy abstractos como para ser utilizados en su lugar de origen, especialmente -y esto es lo más común- si se trata del medio rural.


El problema de la desocupación se debe a la inadaptación de la formación educativa a las necesidades reales que poseen los países en vías de desarrollo. Clerc piensa que dicha inadaptación tuvo su origen en el hecho de que después de su independencia, los países que fueron colonizados, conservaron, los sistemas de enseñanza de las antiguas metrópolis. O bien, algunos países que en la época de la Colonia formaban personal subalterno para las labores administrativas y las actividades comerciales, continúan esa línea, pero dicha formación ya no es adecuada para capacitar jóvenes que participen en el desarrollo.


Sin embargo, el autor considera que en los países subdesarrollados se ha puesto el énfasis en el incremento del número de beneficiarios del sistema educativo. En este sentido, se emitió una recomendación en 1961, en la Conferencia de Ministros Africanos de Educación, auspiciada por la UNESCO, y era que se generalizara la instrucción primaria en el continente negro antes de 1980. Esta recomendación ha conducido a retirar jóvenes de los trabajos agrícolas y a formar, en cambio, de manera masiva, a burócratas, lo cual significa, en la mayoría de los casos, jóvenes que tienen un certificado o titulo académico, pero carecen de empleo idóneo.

Clerc formula la siguiente pregunta, dados los puntos anteriores: ¿Deberá entonces hablarse en la mayoría de los países del Tercer Mundo de la "inadaptación" de los sistemas de enseñanza? Roland Colin -cita el autor-, director del Instituto de Investigación y de Formación para la Educación y el Desarrollo, dice al respecto: los sistemas escolares están "muy bien adaptados... a los intereses de una minoría". Esta es, por supuesto, la burguesía de las ciudades, que aprovecha plenamente el sistema educativo, puesto que sus hijos son los que constituyen el grueso de los asistentes a escuelas y universidades. Desde esta visión, la escuela juega plenamente su papel de "reproductora social", denunciado por algunos sociólogos.


En algunos países del Tercer Mundo se están estableciendo sistemas educativos que permitan el establecimiento de relaciones con la economía, en concreto con el medio rural. En África se está dando principalmente este enfoque, y las tentativas se orientan a la "ruralización de los programas", que consiste, por una parte, en una adaptación de materias ya enseñadas, y por otra, en la introducción de la enseñanza de técnicas agrícolas. Sin embargo, esta experiencia no ha logrado retener aún en sus comunidades de origen a los jóvenes que han acudido a la escuela. Respecto a esto, Clerc cita la opinión de Edouard Lizop, directivo de una asociación que se ha interesado en la educación africana: "Los sistemas educativos de los países africanos son inadaptados no a causa de los programas o los métodos pedagógicos, sino porque son escolares. La selección, la promoción individual, que son las finalidades habituales de la escuela no han sido adaptadas suficientemente a las sociedades en vías de desarrollo."


Clerc añade que, otros países del Tercer Mundo están explorando caminos educativos totalmente nuevos. Es el caso, por ejemplo, de El Salvador y la Costa de Ivoire, donde gran parte de la enseñanza está basada en el sistema de televisión educativa.
De las tentativas y experiencias que se están dando en el área de la educación en algunos países del Tercer Mundo, es posible -considera Clerc- establecer algunas conclusiones.


Una primera consideración sería que un sistema educativo es verdaderamente eficaz cuando está profundamente arraigado en la comunidad, cuando el medio interesado participa en la elaboración de su "escuela". De esta manera, la "escuela" puede ser concebida en mejores términos, a través de la colaboración Estado-Comunidad. Esta consideración entraña una consecuencia importante: no es posible considerar ya un modelo único de escuela; es necesario, por tanto, buscar sustentos en bases regionales y no nacionales, como hasta ahora se ha hecho. Esto permitiría, además, alejarse de modelos extranjeros.

Otra observación a seguir se encuentra en la necesidad de establecer nexos estrechos entre los progresos de la educación y el desarrollo de la economía en un medio dado. Muchos expertos consideran que para la conjugación entre economía y educación, la acción ideal es la de las "grandes operaciones", mediante la cual se buscaría consagrar sistemáticamente cierto porcentaje -20%, por ejemplo- de los recursos financieros de las empresas a la formación de grupos de población que vivan o trabajen en la zona donde están localizadas las empresas. Esta formación podría ir por dos caminos: un aprendizaje profesional agrícola o una alfabetización general impartida en la lengua local.


Clerc cita la opinión de muchos especialistas en cuanto al carácter restringido de los recursos económicos de los países del Tercer Mundo, en el sentido de estimar que se deben establecer prioridades en la formación, y que la primera se otorgue a la formación de jóvenes de 15 a 20 años, en lugar de niños de 6 a 12, como sucede en la actualidad; ya que a los jóvenes les motiva mas aprender un oficio que les permitirá ganarse la vida, y además tienen la posibilidad de lograr que los adultos acepten la necesidad de cambios.

Clerc considera que como último lineamiento estaría la necesidad de modificar el sector tradicional de la educación en los países subdesarrollados. En estos países la enseñanza tradicional tiene un gran defensor, la burguesía, porque es la beneficiaria directa, pero hay una corriente importante orientada a buscar una participación más inmediata de los estudiantes en su comunidad, no tanto para retribuir la oportunidad que tuvieron al estudiar, sino para evitar que se haga más profunda la zanja entre intelectuales y trabajadores manuales, entre los que viven en las ciudades y los que habitan en el campo, entre los desarrollados y los subdesarrollados. Clerc opina que no hay duda, que, de un modo o de otro, en los países del Tercer Mundo hay un impase educativo, que cada vez es más urgente romper.

Clerc reseña un ejemplo de búsqueda de nuevos sistemas educativos

en la segunda parte de su artículo, que se está efectuando en Senegal, mediante el establecimiento de una enseñanza media práctica. (*) Hasta ahora, esta enseñanza cuenta con lo siguiente: un equipo de investigación de 8 personas, de las cuales 5 son senegaleses y 3 son asistentes técnicos franceses. El equipo ha trabajado durante 15 meses en una zona experimental, integrada por 12 pueblos, que agrupan 6 000 habitantes de los alrededores de Fissel, departamento de M'Bour. El equipo de investigación se ha dedicado a proporcionar una formación extraescolar poco costosa, fundamentalmente práctica y estrechamente vinculada a las necesidades del medio; se trata de una enseñanza esencialmente agrícola, que pretende lograr primordialmente un objetivo: retener en los pueblos y aldeas a los 20 ó 30 mil adolescentes que cada año van a Pikir, ciudad que concentra gran número de la población senegalesa, o a Medina, a donde confluyen muchos desocupados.


(*) En el número 1, enero-marzo de 1973, de la Revista de la Educación Superior, informamos sobre la "Escuela modelo de capacitación de cuadros medios de fomento rural en Senegal". Con esta enseñanza media práctica, se pretende lograr, a largo plazo, un desarrollo del medio rural, puesto que los estudiantes no sólo aplicarían los elementos de formación que han recibido, sino que también servirían de ejemplo para los niños que no han podido asistir a la escuela primaria. De este modo, la enseñanza se dirigiría no sólo a quienes ya han asistido a la escuela, sino, también, a un grupo específico de edad.


Sin embargo, observa Clerc, el éxito de la enseñanza media práctica sólo se logrará si se da una evolución profunda de mentalidad. Evidentemente, los jóvenes no se quedarán en su lugar de origen, una vez adquirida dicha formación, si, paralelamente, no observan un cambio en su comunidad. Los adultos, y especialmente los ancianos que detectan el poder en las aldeas, ven con ojo crítico todo lo que intente ir en contra la tradición. Para combatir esta resistencia a los cambios, la Secretaria de Estado de Senegal ha organizado cerca de 400 reuniones en las ciudades donde se está experimentando la enseñanza media práctica. En estas reuniones se escuchan las necesidades, que luego pueden constituir temas de formación. La mayoría de los requerimientos son sobre agricultura; se solicitan estudios sobre la fertilidad de las tierras y el cultivo rotatorio. La construcción de edificios escolares, a la manera tradicional, ya no serán necesarios para la enseñanza media práctica en los medios rurales de Senegal, expresa Clerc, ya que el lugar a donde acudan los jóvenes será simplemente una choza, que se distinga del resto sólo por su tamaño; lo importante es que se convierta en un verdadero "centro de investigaciones" y sea una "casa común de la colectividad". Por otra parte, lo anterior hará que esta formación no sea excesivamente costosa, pues para 1980, la enseñanza media práctica en Senegal debe formar cuatro veces más alumnos que los que hoy integran el primer ciclo.


El equipo de investigadores que inició el programa de la enseñanza media práctica, considera necesario formar muchos tipos de maestros; unos, campesinos, que se hagan cargo de ejecutar secuencias precisas del programa; otros, que se encarguen de coordinar localmente los diversos aspectos de la formación. Otros más, que sean "consejeros pedagógicos" y provean a los alumnos de los recursos humanos -ingenieros, técnicos agrícolas- y materiales didácticos; finalmente, otros que se dediquen a sensibilizar a los campesinos.


La experiencia de la enseñanza media práctica es vista con inquietud y esperanza por los dirigentes senegaleses, pero, a la vez, con la certeza de que están en un terreno revolucionario en materia de educación. Clerc afirma que lo cierto es que la experiencia senegalesa está en la mesa de discusión por parte de quienes se han enterado de ella. Recientemente, un miembro de una organización internacional dijo al Jefe de Estado senegalés que la experiencia era una "reforma poética".


Quienes están en contra de la enseñanza media práctica admiten que se quiere instituir una "enseñanza de clase", destinada a los hijos de los campesinos, y que la educación tradicional se reservará a los hijos de los burgueses. Es válido el argumento, pero también lo es el hecho de que los campesinos no tienen muchas oportunidades de recibir una formación. El propio ministro de educación ha respondido a este argumento diciendo que con el establecimiento de la enseñanza media práctica "no se tiene la pretensión de resolver todos los problemas, sino que se está atacando primero los de las zonas rurales".


Finalmente Clerc, el autor del artículo, considera que la enseñanza media práctica que se está iniciando en Senegal es una realización de ciertas tesis de algunos pedagogos contemporáneos, especialmente Ivan Illich y Paulo Freire, además de recordar el sistema educativo chino, porque se está tratando de otorgar a los campesinos los recursos de las ciencias.

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