Historia Universal Contemporánea 2018
Lic. Violeta Ramírez Mora
Colegio de Bachilleres plantel 4 Taxco
BLOQUE 3 Evidencia 1: Recuerdas "Los Felices Locos Años
20"
Instrucciones: Reúnete en equipo (o individual, en caso de
equipo, todos deberán salir en la foto), lean el siguiente texto y con el apoyo
de vestuario y material que tengan disponible, (ojo no gasten), hagan una
representación, ya sea disfrazándose o lo que se les ocurra de aquel momento de
los Locos Años 20, luego captúrenlo en una fotografía:
a) Impriman dicha foto y entréguenla con los nombres de los
integrantes del equipo y grupo al que pertenecen a su vez, entregarán una breve explicación de su fotografía.
b) Comparte la foto en Facebook y etiqueta a la docente, la foto que sea la más compartida, gana.
Pueden ser con
compañeros de otros grupos.
Es una fotografía por equipo, sin embargo pueden hacer
varias. (Sesión de fotos).
NOTA: No olviden adjuntar rúbrica para evaluar fotografía,
se encuentra al final del siguiente texto, no se reciben trabajos sin
rúbrica,(se puede elaborar a mano)
Europa durante el período de entreguerras
Se conoce como período de entreguerras o interbellum al
periodo comprendido entre el final de la Primera Guerra Mundial y el inicio de
la Segunda Guerra Mundial. Fueron dos décadas marcadas por el cambio radical de
la relación entre las fuerzas internacionales, la consolidación de regímenes
autoritarios, los avances técnicos y por el marcado contraste entre un enorme
desarrollo del capitalismo (años 1920) y su mayor crisis (años 1930).
El período de entreguerras, de unos veinte años, transcurre
entre el fin de la primera guerra mundial (1919) y el inicio de la segunda
(1939). En una primera etapa los países capitalistas, cuya cabeza era ya
visiblemente Estados Unidos, vivieron momentos de gran desarrollo económico.
Este periodo es conocido como los Felices años veinte.
La denominación de Felices Años Veinte o Años Locos
corresponde al periodo de prosperidad económica que tuvo Estados Unidos desde
1922 hasta 1929, como parte del periodo expansivo de un ciclo económico. Esta
prosperidad benefició a toda la sociedad e hizo que la economía siguiera
creciendo a un ritmo que no se había registrado antes generando una burbuja
especulativa. Pero esta prosperidad duraría un corto periodo que finalizaría el
24 de Octubre de 1929, conocido como el Jueves Negro, y con la llegada del
Crack del 29 que culminaría finalmente con el advenimiento de la Gran
Depresión.
La expansión de EEUU se basó en una profunda transformación
productiva dominada por la innovación técnica. De esta forma se disminuían
costes y se aumentaba la producción, obteniendo más beneficios. Fue en esta
época donde se popularizó el uso del teléfono, el automóvil y los
electrodomésticos. Estos aparatos eran demasiado caros, y fue entonces cuando
se aplicó por primera vez la venta a plazos. Esto creó una oleada consumista,
ya que la gente podía comprar los productos sin necesidad de tener el efectivo
en un primer momento.
El aumento del consumo y la popularización de la venta a
plazos hizo que se comprara tanto hasta el extremo de que los consumidores se
endeudaran. También fue objeto de popularidad la difusión de la radio como
medio de comunicación masivo, ya que era un dispositivo económico y al alcance
de toda la población.
En estos tiempos la fábrica Ford innovó con la utilización
de la cadena de montaje. De esta forma se reducían costes y tiempo. Este medio
de producción se aplicó a otros sectores (siderurgia, cristal etc.). También
tuvieron efectos positivos la demanda de la construcción de rascacielos. Todo
esto tuvo una gran influencia en el mercado de trabajo, dejando la tasa de
desempleados en Estados Unidos en 13 millones. No había habido ninguna tasa tan
baja hasta la fecha. Estos años constituyeron los mejores para la sociedad
Norteamericana. Se vivían unos años de excelente bienestar y de gran optimismo
frente al futuro.
Pero estos bellos años tocarían su fin. El sector agrario se
veía estancado a falta de exportaciones. Esta disminución afectó a más de 10
millones de personas. Todas estas personas comenzaron a emigrar a las ciudades
(éxodo rural) y a vivir en barrios caracterizados por la pobreza.
Un vistazo a los Locos Años 20
Por Dixemania
“Balancéate constantemente al ritmo de la percusión de
arriba abajo. Estira tu trasero hacia atrás, como si pudieras depositar una
bandeja sobre él, utiliza tu barriga como apoyo. Gira los pies con cada paso,
alternando las piernas en X con las piernas arqueadas y cuida que las rodillas
acompañen los giros de los pies.
Sigue el ritmo con los brazos sueltos o, según la figura,
tuerce también los brazos en dirección contraria de las piernas. A la vez hay
que agitar las manos. ¡Y no te olvides de balancearte de arriba abajo! ¡Sigue
torciendo los pies también en cuclillas y ahora un poco más de éxtasis – menea
el esqueleto!” ¡Ay, si hubiera sabido lo difícil que es bailar el Charlestón!
Este baile lleno de energía y extremadamente rápido – marca un ritmo entre 50 y
75 pulsaciones por minuto – nació a principios de los años veinte en Broadway y
se conoció en Europa por la extraordinaria Josephine Baker. Fue el precursor de
todos los bailes que le siguieron desde el Lindy Hop, el Swing hasta el
Rock‘n’Roll.
La desbordante alegría de los locos años veinte – la década
revolucionaria y explosiva entre las dos Guerras Mundiales – se parecía al
baile sobre el volcán. Con la caída de la bolsa de Nueva York que tuvo como
resultado la crisis económica mundial, la época dorada terminó abruptamente en
1929. Después siguió la Gran Depresión.
Justo 80 años después, el 15 de septiembre del 2008,
estallaron los mercados financieros globales. ¡Estamos en crisis! Al poco
tiempo se presentó en Milán la primera colección de la “Depresión chic” en las
pasarelas, lo cual explica por que encontramos esa ropa con flecos, brillos y
boas actualmente en las tiendas. ¿Con la crisis crece el anhelo por un
nostálgico glamour?
Fue la era del progreso técnico: las películas mudas, por
ejemplo con Charlie Chaplin, Búster Keaton o Louise Brooks atrajeron a la gente
a los cines y ya en 1926 Warner Brothers produjo su primera película sonora. El
cine se convirtió en un medio de masas y en un placer al alcance del “ciudadano
humilde”. En Berlín se construyeron cines con hasta 1800 asientos, en Nueva
York hasta 3000 y en el más grande cabían 6000 espectadores. ¡Entre 1925 y 1928
John Logie Baird inventó el primer televisor, que funcionaba mecánicamente y
poco después el primer televisor en color! ¡Se inventó la radio y se emitieron
las primeras programaciones radiofónicas (en Pittsburg, EE.UU. el 2 de
noviembre de 1920 y en Europa al año siguiente) – que revolución! El desarrollo
del teléfono llevó en el año 1926 al primer radioteléfono y las primeras
cameras económicas de tamaño pequeño, por ejemplo de Minolta, se comercializaron.
Enfoquemos el presente: ¿Qué sería el hombre moderno sin
Internet, ordenador, teléfono móvil, tele, radio, cine, iPod y cámara digital?
¿ Es difícil imaginarlo, probablemente bastante “desamparado”?
También en la industria automovilística hubo las primeras
producciones en masa: Entre 1913 y 1927 se fabricaron unas 15 millones de
unidades del asequible modelo T “Tin Lizzy” de Ford. Y BMW anunció en 1928 el
primer coche favorable para la mujer, llamado “mi pequeño Dixi”. Ya en 1921 se
abrió en Berlín la primera vía del mundo, la llamada AVUS (carretera de tráfico
y aprendizaje), que era algo parecido a las actuales autopistas. Pero también
la industria aérea creció rápidamente. En Berlín se inauguró el primer
aeropuerto Tempelhof en 1924 y Charles Lindbergh sobrevoló el Atlántico el 20
de mayo 1927 en solitario (Nueva York – Paris). Con la locomoción motorizada
nació el turismo: los cruceros (Titanic), viajes en tren (expreso de oriente),
viajes en avión (zeppelín) y viajes en automóvil – aunque estos viajes de lujo
no eran asequibles para todo el mundo.
Entre 1918 y 1920 fallecen por la Gripe española más
personas que en la Primera Guerra Mundial. Las víctimas de la pandemia se
calcularon alrededor de 20 hasta 70 millones de personas a nivel global.
Charles H. Best y Frederick Grant Banting descubrieron entre
1921 y 1922 la insulina y poco después, en 1928, Alexander Fleming reveló la
penicilina. ¡Qué hito en la evolución de la medicina! El arte se inventó de
nuevo, empezando por Picasso y Miró, llegando hasta Dalí. El nuevo diseño y la
arquitectura fueron dominados por el Art decó. Las obras de arte de esta época,
siguen influyéndonos hasta el día de hoy.
Las drogas estaban de moda: cocaína, heroína, opio, alcohol
– pero del fuerte – y cigarros. Surgió un nuevo fenómeno: ¡beber para
emborracharse! Algo parecido al dichoso Botellón que celebra la juventud en la
calle. En fin, nada nuevo: Hoy es la prohibición de fumar, en los años veinte
era ilegal consumir alcohol, al menos en Estados Unidos. Definitivamente una
coincidencia innegable.
Bueno, y ahora he llegado a lo que realmente me interesa: La
“mujer nueva”. ¿Pero mujer y prohibición en una misma sopa? ¿Cómo va ser eso?
En los principios del siglo veinte, las mujeres lucharon por la igualdad de
derechos y el sufragio femenino. Principalmente en Inglaterra, pero también en
Estados Unidos, las llamadas sufragistas, se manifestaron rabiosamente a favor
de la concesión del derecho a votar. Las mujeres se manifestaron en la calle,
destrozaban ventanas y también se lanzaban delante de un coche, si hacía falta.
Si luego las señoritas eran detenidas por su vandalismo, seguían en la cárcel
con la huelga de hambre. Por la ausencia de los hombres, que luchaban en las
fronteras durante la Primera Guerra Mundial, las mujeres se encargaron de
nuevas funciones en la sociedad y en el mundo de trabajo. Con palabras cortas:
la mujer ejercía una profesión.
Lógico entonces que, con el regreso de los soldados al
terminar la guerra en 1918, la mujer debía ser desalojada del mundo público y
arrimada de nuevo al fregadero paternal – así la opinión masculina. Pero las
damas no se dejaron echar tan fácilmente de ese oficio, que habían defendido a
patadas. Todo lo contrario: eran tan testarudas y empeñadas en cambiar su vida
y conseguir el derecho de votar, que los políticos estadounidenses, optaron por
implantar dos nuevas leyes. El 16 de enero de 1920 se introdujo la prohibición
del alcohol (Ley seca) y casi al mismo tiempo el sufragio femenino.
En efectivo, el derecho a votar y la nueva influencia
política de la mujer, no cambió nada en el código civil, que por supuesto
seguía en vigor. Así pues, las mujeres al ser casadas, seguían estando bajo la
tutela de sus maridos y eran obligadas a someterse a la voluntad del mismo. Es
evidente, que a las jovencitas no le quedaba otra posibilidad, que meterse a
fuerzas en el dominio del hombre. La solución: cabello corto, peinado de chico
en estilo “Bob”, una cinta con pluma en el pelo, en el cuello joyas con gran
despliegue, cadenas de perlas y una boa para rematar. Se despidieron del corsé
(responsable de eso fue la diseñadora Coco Chanel, que también invento el
“pequeño vestido negro”) y usaban, en cambio, sujetadores que les aplastaban los
pechos. Usaban faldas cortas y trajes colgantes que por primera vez dejaban al
descubierto sus brazos y piernas – más vale ir cómodo – y las franjas y
lentejuelas le daban el toque final, para pronunciar de forma provocante el
resto de sus curvas. Montaban en bicicleta y conducían coches, algunas tenían
trabajo y se puso de moda el hacer deportes.
Gozaron de gran popularidad el boxeo, esgrima, lanzamiento
de jabalina y natación – (por cierto: el primer bañador era hecho de lana y en
1923 la empresa Converse trajo al mercado las zapatillas All Star, que hasta el
día de hoy siguen siendo imprescindible para la juventud. Al fin y al cabo, las
señoritas necesitaban un calzado confortable para las manifestaciones y el
deporte.)
Hacían visitas nocturnas en los clubs de Jazz, se echaban
maquillaje como las estrellas de cine – con pintalabios “a prueba de besos” se
supone – fumaban con boquilla, provocaban con su baile apasionado y bebían
alcohol ilegalmente en medio de la calle. Quedaban con hombres, los seducían o
se dejaban seducir, disfrutaban del juego amoroso sin llegar al acto sexual en
sí e implantaron lo que en España se le llama “el meterse mano”. Esas “nuevas
mujeres jóvenes” se le llamaban las “flappers” ( “to flap” significa aletear
como un pajarito, que acaba de hacer su primer vuelo de prueba, o revolotear
como una gallina asustada).
Las flappers eran testarudas y se negaban a ser “niñas
buenas”. Definieron de nuevo, lo que antes se entendía bajo un “buen
comportamiento” y se volvieron atrevidas, impertinentes y pretenciosas. En fin:
la prohibición llevó al efecto contrario, del que se quería conseguir.
El beber a escondidas se puso de moda y el alcohol prohibido
fue transportado en donde se podía. Bolsas de agua caliente, libros falsetas y
hasta ataúdes sirvieron para este fin, mientras que las chicas llevaban sus
dosis, bien sujetas en el liguero.
De este modo, la prohibición dio lugar a un progreso
espectacular de organizaciones criminalistas. Se instituyeron agentes para
controlar el contrabando de las bebidas alcohólicas. Pero lo contrario fue el
caso: La mafia controlaba el mercado y Al Capone iba de buen ejemplo por
delante. (Al Capone, el jefe de la mafia, fue el primero que invirtió sus
ingresos en lavanderías y consiguió de esta manera una defraudación bastante
exitosa. De ahí proviene el dicho de “lavar el dinero”.)
La moda y el nuevo tipo de vida de las flappers, con ese
“estilo garçonne (chico)” (Marlene Dietrich, en traje-pantalón), el Jazz y
todos los inventos de la época, conquistaron por medios de comunicación las
metrópolis del mundo, empezando por Nueva York, Londres, Paris y Berlín.
Después de todas esas informaciones, me miro de nuevo en el
espejo e intento sentir ese espíritu vital de los años veinte. Los pensamientos
me dan vueltas en la cabeza: “Para las mujeres ha cambiado mucho en los últimos
ochenta años: Pueden ejercitar una profesión y estudiar, algunas llegan hasta a
ser funcionarias públicas, existen los anticonceptivos, tienen más derechos y
libertad sexual… ¿Cierto? La falta de apreciación, de derechos y aseguración
desemboca en el hecho, que las jóvenes se deciden por una carrera y contra los
hijos. Para madres (y amas de casa) realmente no cambió nada en los últimos
ochenta años, siguen siendo el segundo plato en nuestra sociedad… Y ni siquiera
salen a la calle para manifestar y acabar con la injusticia.
Fuente: http://dixiemania.com/es/dixiemania/locos-anos-veinte.HTML
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